lunes, 3 de enero de 2022

The Naked City


El miércoles de la semana pasada fui al estreno del film The Naked City. Un par de días antes me había llamado por teléfono Arthur H. Fellig para invitarme al acto. Naturalmente le dije que sí. Sobre todo porque hacía bastante tiempo que no nos veíamos. Weegee -su apodo. y por el que le conoce todo el mundo- se había traslado a Hollywood donde trabaja como técnico y asesor especial para la Universal.Fui a buscarle a la redacción del New York Herald Tribune, en el que había colaborado en el pasado, y donde posee buenos amigos.

Mientras nos dirigíamos al estreno, Weegee me contó que Naked City fue su primer libro d efotografías (colección de imágenes de la vida en la ciudad de New York), y eran los derechos de ese título los que había vendido al productor Mark Hellinger para una película de Universal: "Como puedes observar –me dijo– todo se queda en Universal".


La verdad es que ambos disfrutamos enormemente con el film. Todo nos era familiar. Daba la impresión de que nosotros éramos una de las escena: nos veíamos paseando por esas calles, esas plazas, parques, entrando y saliendo a los edificios, cafés, clubes. Era como estar sentado en casa viendo pasar la ciudad a través de nuestras ventanas. Aquello era nuestra ciudad, nuestros asesinos, nuestra felicidad, también las penas y los sufrimientos, el amor, cómo no, las alegrías... En fin, nuestro mundo.

Cuando salimos, invité a Weegee a pasarnos por el 3 Deùces a tomar un par de copas y a esperar a Vlady. La mujer con la que estoy ahora, desde que perdí a Maxine, de imborrable recuerdo: aun conservo en mi memoria el aroma de su cuerpo, de la brisa de su aliento, de sus pechos, de su vientre; el espeso e intenso sabor de su entrepierna, de su culo, de... toda ella. Ahora busco todo eso en Vlady, el que fue mi gran amor en el pasado, y que quizá lo vuelva a ser en un futuro. Aunque en estos tiempos, es mejor no hablar del mañana.

Esta noche, en el 3 Deùces actua un quinteto de buenos amigos: Coleman Hawkins, Roy Eldridge, Teddy Wilson, Billy Taylor, y Cozy Col. Interpetan I'm In The Mood ForLove, siguen y siguen; después interpretaron 'S Wonderful. Para acabar, Coleman nos sorprendió a todos con Picasso, su recién y última grabación. ¡Asombrosa!.

Cuando Vlady entró en el 3 Deùces, todas las miradas se concentraron en su espléndida figura embutida en un escotado y ceñido vestido plateado; las medias de largas costuras que se insinuaban por encima de las rodillas producían vértigo, y más de una erección, no se si voluntaria o involuntaria. Me es indiferente, porque en realidad solo me importa la mía. Le presenté a Weegee y nos quedamos charlando animadamente de su nueva ocupación en Hollywood, y recordando los viejos tiempos de su deambular permanente por las calles de New York a altas horas de la noche en busca de esa imagen que nadie, nada más que él, lograría para la posteridad. Más tarde se unieron a nosotros Teddy, Coleman, Cozy... y seguimos en el club hasta altas horas de la noche. Lo cierto es que dimos bastante trabajo a Herni, el barman.

Vlady y yo dejamos a Weegee en un taxi en dirección a su hotel ( partía en unas horas hacía Los Ángeles) y nosotros, dando algún que otro bandazo, nos fuimos a casa. El bourbon nos había dejado algo confusos, a pesar de lo cual los dos estábamos deseando llegar a casa. Sabía que esa noche comenzaríamos a desnudarnos en el ascensor. Ella siempre lo hace por la ropa interior.

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