martes, 28 de diciembre de 2021

Del mañana

Anoche me paso algo impensable en el Café Society. Conocí a un tipo extraño; era español, no muy alto, más bien bajo, canoso y con perfil Neandertal, y me dijo que venía del 'mañana'. Antes de que prosiguiera le interrumpí para preguntarle qué mierda era eso de venir del 'mañana'. Sin inmutarse me dijo que se refería al 'futuro', a otra realidad, a hechos que aquí todavía no habían sucedido pero que sucederán irremediablemente. Me quede perplejo. Mire el hielo de mi vaso hecho seguramente con agua de cloaca y me dije que esa mierda me estaba matando.

Cuando me repuse no pude por menos que preguntarle el motivo de su presencia aquí: por qué había abandonado el mañana para desplazarse al ayer o al anteayer en Manhattan. Sin mostrar sorpresa me aseguro que simplemente quería conocer la vida actual aquí y la gente por la que sentía interés debido a su profesión: cantantes, músicos, escritores, actrices, muchas de las mujeres hermosas que había visto en revistas y fotos. Solo eso, aclaró. También me dijo que de donde él venía las cosas no rodaban muy bien: la gente es bastante infeliz y, además, eso lo agrava la incultura que va ganando cada día más y más adeptos.

Yo le hablé de la pobreza aquí, de la discriminación racial, de lo difícil que era a veces vivir con cierta dignidad. No me dijo mucho, solo que en el mañana había algunas cosas que cambiarían para mejor, otras se mantendrían igual y otras empeoraría. Acerca de las cosas que mejorarían, que fue por lo único que mostré interés, se refirió a la cuestión entre blanco y negros. Muy serio me aseguro que si yo no palmaba antes vería de presidente a un negro. Dicho esto se levanto para ir al retrete.

Yo, por mi parte, miré de nuevo mi vaso, llame a Herni y le dije que me trajera un bourbon doble, pero si hielo. Me miro extrañado, se encogió de hombros y se metió detrás de la barra. Pasó mucho tiempo, pero aquel tipo no volvió por la mesa. Había desaparecido, se había esfumado.

Cuando entró Vlady, la rubia de mi sueños, la de anteayer, ayer y mañana, sentí un gran alivio: podía desahogarme con ella y además Vlady es una mujer que no es arquetipo de las teorías de los doctores Wilkinson y Skreta. Llegó mi boubon solo, sin hielo.


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